Expresionismo
La arquitectura expresionista fue un movimiento
arquitectónico que se desarrolló en Europa durante las primeras décadas del
siglo XX, en paralelo al Expresionismo.
El término se comenzó a usar englobando una serie de
creaciones vanguardistas en Alemania, Países Bajos, Austria, Checoslovaquia y
Dinamarca entre 1910 y 1924. Posteriormente, se aceptó que la arquitectura
expresionista también abarcaba obras desde el año 1905, y no solamente de esos
países, sino también del resto de Europa. Hoy en día, el sentido del término se
considera válido para la arquitectura que, independientemente del lugar de
procedencia y la época de construcción, cumple con una serie de características
como la distorsión, la fragmentación, o la manifestación de una emoción
violenta.
Este estilo tuvo amplias similitudes con lo que hoy podríamos llamar premodernismo, tanto en el uso de nuevos materiales, como en la innovación formal, suscitada en ocasiones por el uso de formas biomórficas, o por la ampliación de posibilidades ofrecida por la fabricación en masa de materiales de construcción como el ladrillo, el acero, o el vidrio. Muchos arquitectos expresionistas combatieron en la Primera Guerra Mundial, y su experiencia, combinada con los cambios políticos y sociales producto de la Revolución alemana de 1919, desembocaron en perspectivas utópicas, y un programa socialista romántico. Las condiciones económicas dieron lugar a una limitación en el número de construcciones entre 1914 y mediados de los años 20, cuyo resultado fue que muchas importantes obras expresionistas se quedaron en el papel, como la Architecture Alpine de Bruno Taut, o el Formspiels de Hermann Finsterlin. Los edificios destinados a exhibiciones fueron numerosos, alcanzando una cifra significativa durante este periodo. La escenografía para el teatro y el cine, fue otra gran fuente de imaginación expresionista.
Chilehaus (1923), de Fritz Höger, Hamburgo. Obra simbólica
del expresionismo en ladrillo
Chilehaus (1923), de Fritz Höger, Hamburgo. Obra simbólica
del expresionismo en ladrillo
características del expresionismo
A pesar de que la arquitectura expresionista fue individualista y, generalmente, carente de dogmas, se pueden establecer una serie de criterios objetivos que la definen. Dentro de las múltiples obras expresionistas que hoy se conocen, e independientemente de las grandes diferencias que entre ellas hay, también se pueden ver aspectos comunes:
- Distorsión de las formas para suscitar la emoción.
- Subordinación del realismo de las expresiones simbólicas y estilísticas, frente a la experiencia interior.
- Búsqueda implícita de la novedad, la originalidad y el visionismo.
- Profusión de los esquemas y trabajos en papel o maquetas, con una exploración y representación del concepto más profunda que la construcción misma.
- Soluciones híbridas, no necesariamente simplificables a un único concepto.
- Temática romántica de los fenómenos naturales, como las grutas, las montañas, los rayos, el cristal o las rocas, dotando a la arquitectura expresionista de un carácter más mineral que vegetal o animal, característica presente también en el modernismo.
- Uso del potencial creativo del artesano.
- Cercanía del estilo gótico, románico y rococó frente al clasicismo.
- Simbiosis entre el carácter de las culturas occidental y oriental, visible en el empleo de influencias de culturas tan variadas como el islámico, Egipto, la India, o las arquitecturas romana o griega.
- Concepción artística de la arquitectura.
Pabellón de Cristal en la exposición del Werbund
El diseño fue una explosión de color, con un interior cuyo
suelo era de vidrio y las paredes y ventanas adornadas con mosaicos espejados.
También se incluyó información sobre la industria del cristal que patrocinaba
el proyecto.
La característica cúpula apuntada con doble cristal del Pabellón descansa sobre una planta circular en la que se levantan 14 dinteles de mediana altura con sus soportes laterales enmarcando el mismo número de paredes de cristal. En la estructura de hormigón de las fachadas había placas con incrustaciones de cristales de colores que actuaban como espejos.
Los componentes del grupo German Werkbund, y en particular Taut, estaban convencidos de que la luz y la transparencia eran las principales características de una arquitectura ideal del futuro. Este proyecto fue un primer intento de dar forma a ese ideal.
La estructura realizada por Bruno Taut demostró las
numerosas formas en que el vidrio podía ser utilizado en construcción, pero
también dejó entrever como el material podía ser usado para organizar las
emociones humanas y ayudar en la construcción de una utopía espiritual.
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